Destinos emergentes en Ecuador
Cuando pienso en Ecuador como destino de bodas, se me ilumina el corazón, soy Wedding Planner y vivo cada día enamorada de mi país, porque sé que aquí, en este pequeño pero gigante rincón del mundo, tenemos escenarios que podrían ser el sueño cumplido de cualquier pareja, sin importar si vienen de lejos o si son ecuatorianos que buscan descubrir la magia de su propia tierra.
Hoy quiero hablarles de algo que me mueve profundamente: los destinos emergentes para bodas en Ecuador. Lugares que todavía no aparecen en todos los tableros de Pinterest, que no están saturados de turistas ni de bodas repetidas, pero que tienen una esencia única. Y que, con el trabajo en equipo entre la industria, la comunidad local y asociaciones como la IADWP Ecuador, se están abriendo camino como joyas ocultas para novios que buscan experiencias irrepetibles.
Pero, ¿Qué significa un destino emergente para bodas?
Un destino emergente no es el que todos nombran de memoria. No es la playa famosa que todos visitan ni la hacienda que aparece en cada revista. Un destino emergente es ese lugar que sorprende porque guarda autenticidad, paisajes de ensueño, tradiciones vivas y sobre todo el potencial de convertirse en el escenario perfecto para una boda con alma.
Para mí, hablar de destinos emergentes es hablar de novios que se atreven a vivir lo diferente, que eligen la intimidad de un lago escondido, la calidez de una hacienda cafetalera, la fuerza de la selva amazónica o la magia de un atardecer en una playa virgen. Y lo más bello es que esta tendencia no solo conquista a parejas extranjeras, sino también a nuestros propios novios ecuatorianos, que descubren que no hace falta salir del país para tener una boda con nivel internacional.
Conectando esencia y destino
Cada uno de estos destinos tiene algo en común: son auténticos, diferentes y capaces de enamorar tanto a un fotógrafo internacional como a la abuelita que llega desde el pueblo más cercano.
Como directora de IADWP Ecuador, me siento orgullosa de liderar junto a mis colegas provinciales un trabajo constante para dar visibilidad a estos destinos. No se trata solo de soñar, sino de gestionar y construir, a través de: Alianzas, Fam Trips, Networking y demás para trabajar por un mismo objetivo.
Nuestro objetivo es claro: posicionar a Ecuador como un país de bodas destino, pero empezando por empoderar a nuestras parejas locales a valorar lo nuestro. Porque estoy convencida de que cuando nosotros mismos consumimos lo que tenemos, es mucho más fácil mostrarlo al mundo con orgullo.
Ecuador, tierra de destinos con alma
Permítanme llevarlos de viaje por algunos de los lugares que me emocionan cada vez que los nombro:
- Imbabura, con sus lagos y volcanes, es un escenario que respira cultura y naturaleza. Una boda en la laguna de Yahuarcocha como ¨Portal del Lago¨ o en una hacienda a los pies del Imbabura como Quinta El Trebol es un regalo para los sentidos.
- Loja, tierra de música y café, ofrece un aire romántico y bohemio. Imaginen una ceremonia rodeada de cafetales y un brindis acompañado de serenatas en vivo y como experiencia recorrer la ruta del café.
- Orellana, en la Amazonía, es un destino para parejas aventureras. Allí, la selva se convierte en testigo de un “sí, acepto” que conecta con la esencia misma de la vida.
- Manabí, con sus playas vírgenes y su gastronomía incomparable, invita a bodas frente al mar en un entorno íntimo y cálido.
- Galápagos, aunque reconocido mundialmente, guarda rincones aún poco explorados para bodas boutique, donde el lujo es la naturaleza misma.
¿Por qué un destino emergente enamora a los novios?
- Porque es auténtico: no hay moldes, cada boda se diseña desde cero.
- Porque es intimista: son lugares menos masivos, donde los novios se sienten únicos.
- Porque es competitivo: ofrecen experiencias de lujo a costos más accesibles que los destinos saturados.
- Porque es transformador: el impacto económico positivo llega a comunidades que realmente lo valoran.
Recomendaciones para las parejas
Si eres una pareja ecuatoriana o internacional y sueñas con una boda distinta, aquí te comparto algunos consejos desde mi experiencia:
Atrévete a mirar más allá de lo obvio, los destinos emergentes son tesoros escondidos.
Confía en un planner local, somos quienes conocemos las rutas, los proveedores y los secretos del lugar.
Piensa en experiencias, no solo en escenarios, una boda no es solo la ceremonia, es el viaje, la cultura y la gente que los rodea.
Sé parte del impacto positivo, elegir un destino emergente significa apoyar a comunidades y generar un legado.
Disfruta la autenticidad, no busques copiar una boda de Pinterest; crea la tuya, con identidad propia y sello ecuatoriano.
Ecuador tiene todo para convertirse en referente mundial de bodas destino, y lo mejor es que el camino empieza aquí, en casa, con nuestras propias parejas diciendo, “Quiero casarme en mi tierra, pero con mirada internacional”.
Ese es el verdadero poder de los destinos emergentes, nos enseñan a valorar lo nuestro, a enamorarnos otra vez de nuestro país y a mostrarle al mundo que en Ecuador tenemos magia de sobra para celebrar el amor.
Como Wedding Planner, como mujer enamorada de Ecuador y como directora de IADWP, seguiré trabajando para que cada rincón que aún está en silencio pueda convertirse en un escenario que grite amor. Porque los novios merecen bodas con alma, y Ecuador, más que un destino, es una promesa cumplida, iniciar con bodas destino locales
